La vida al final de la vida
Las historias crepusculares pueden ser un arma de doble filo, pues se suelen hacer con ellas blandos y sensibleros relatos sobre la vejez, pero también pueden ser el vehículo para hondas reflexiones sobre la vida y su paso por ella. Esta cinta inglesa tiene un poco de ambas cosas, sin excederse en los extremos, para bien y para mal, sobre todo porque decide apelar a un tono de fábula desenfadada que quiere ofrecer un relato agradable y entretenido.
Un grupo de hombres y mujeres, ya en el final de sus vidas, deciden viajar a la India, a un lugar donde se les promete confort en medio de una tierra exótica. Parece una decisión extrema, pero cada uno de ellos tiene sus motivos para dejar la rancia Inglaterra y buscar nuevos y coloridos aires. Unos van para reparar cosas, otros para darse una última oportunidad y algunos simplemente porque ya no tienen nada qué perder.
Como apenas es natural, lo que mueve la historia son las diferentes personalidades de los nuevos huéspedes del Marigold y la forma como asumen su estadía allí. Es por eso que el énfasis de la producción está en ese reparto de primera que lo soporta y sus actuaciones. Tom Wilkinson, Maggie Smith, Judi Dench, Bill Nighy, entre otros, le dan la variedad y el brillo que busca la película para mantener enganchado al espectador.
Los dramas propios de esta edad son expuestos con habilidad y en esa justa medida en que no se asumen densas reflexiones sobre esos tópicos ni tampoco los banaliza. La cercanía de la muerte, la necesidad de ser útiles, la disfunción sexual, el anhelo de todavía desear y ser deseados, las cuentas por saldar con la propia existencia, en fin, esos temas que no solo aplican para quienes están en el otoño de su vidas, sino que pueden ser reveladores para cualquier espectador si les da la importancia que la historia sugiere.
La aventura de crear una nueva vida al final de la vida es lo que le otorga a este filme la emoción y el carisma que tiene, un carisma determinado por sus actores y esos personajes que logran construir. Aunque no está exento de maniqueísmos y trucos fáciles para que el público capte de inmediato las ideas, como la presencia de una de las mujeres que desde el principio repele todo cuanto tenga que ver con ese lugar barbárico y que, por consiguiente, sirve de contraste obvio para simpatizar con los demás personajes y el sitio donde se encuentran.
Por otra parte, es una historia de ingleses en la India, pues del país, salvo por el exotismo, la muchedumbre y el colorido, poco se dice o reflexiona. Tal vez una alusión a un remoto y dorado pasado, pero el fin último del filme es contar una historia agradable y emotiva, con un coro de personajes que ofrecen distintas y aleccionadoras visiones sobre la vida.
Publicado el 18 de noviembre de 2012 en el periódico El Colombiano de Medellín.
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