La realidad por capas
Por Oswaldo Osorio
El mundo de los sueños es uno de los temas más viejos del cine. La realidad onírica es la que más fácil se le da a los medios del séptimo arte y a la que, junto con la fantástica, mejor provecho le ha sacado. Por eso, de tan recurrente que ha sido en las pantallas, es necesario que cada director que lo retome haga la diferencia, como ocurre en este filme. Porque no se trata de una cinta más sobre el tema, sino de una de las más complejas y sofisticadas historias que se haya hecho, un verdadero viaje a las posibilidades del subconsciente y a su aprovechamiento argumental y narrativo.
Es difícil pensar en otro director de la industria que, en la última década, haya logrado combinar la originalidad, el talento y el éxito comercial como lo ha hecho Christopher Nolan. Está claro que lo suyo son los thrillers sicológicos. Pero no los limita simplemente al loquito sofisticado que asesina gente, tipo Hannibal Lecter, sino que su inmersión en la desequilibrada sicología de sus personajes siempre es más sólida y compleja que los clichés del género. Memento, Insomnia y hasta las dos últimas entregas de Batman tienen esta marca, la de no solo ser perfectos thrillers, sino también una inmersión en las profundidades de la sicología de sus personajes.
Al principio, esta película puede parecer una de tantas que recurren al esquema de hacer que la acción pase de una realidad a otra, un esquema que ha sido muy explotado, sobre todo en estos tiempos de realidades virtuales. Sin embargo, rápidamente se puede ver que no solo es un Matrix onírico, sino que tiene la capacidad de trascender esa simple y vieja idea de Alicia atravesando el espejo, para darle una vuelta de tuerca planteando una lógica similar a la de las muñecas rusas, las matriuskas, en la que una realidad es sólo una capa que recubre otra realidad y ésta, a su vez, encierra otra.
La imaginación de este director inglés, quien también escribió el guión, fue capaz de crear y articular cuatro niveles de realidad, una contenida dentro de otra. De manera que la complejidad que alcanza esta cinta lleva al espectador al límite de su concentración, porque es necesario poder seguir un relato que ha compartimentado la acción, la trama y la sicología de sus personajes (al menos la de dos de ellos) en cuatro niveles, que se deben visualizar no cómo sótanos en un edificio, sino como matriuskas, uno al interior del otro.
Además de estos niveles, la cinta presenta un doble conflicto, uno para garantizar la trama de acción (la misión de plantar una idea en el inconsciente de un hombre) y otro para reflexionar sobre la relación entre los sueños, el subconsciente, la realidad y los recuerdos (la intromisión de la mujer del protagonista en cada sueño). Con estos dos conflictos entrelazados, la película no corre el riesgo de caer en los extremos de ser solo una cinta de acción o solo un drama sicológico, sino que es posible presenciar un contrapunto entre las dos posibilidades que se enriquecen y dinamizan mutuamente, logrando así una pieza original en su concepción, sólida en sus planteamientos y excitante en su desarrollo.
Publicado el 6 de agosto de 2010 en el periódico El Colombiano de Medellín.
FICHA TÉCNICA
Título original: Inception
Dirección y guión: Christopher Nolan
Producción: Christopher Nolan y Emma Thomas. Música: Hans Zimmer. Fotografía: Wally Pfister
Reparto: Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Michael Caine, Lukas Haas.
Reino Unido - 2010 - 150 min.