Un clásico agotado
Por Oswaldo Osorio
Cada vez es más difícil encontrar, especialmente en la industria de Hollywood, una conexión entre el cine actual y el cine clásico. Esa conexión sólo se da esporádicamente con alguna película o con directores en vía de extinción, como Clint Eastwood por ejemplo. Este filme, como muchos otros de su última etapa, es una lección de cómo se hacía el cine cuando se consolidó como arte: un cine concebido con una eficacia y con una sobriedad en el manejo del lenguaje cinematográfico pero, al mismo tiempo, una suerte de grandiosidad en las emociones implicadas en sus historias.
Conseguir esto es mucho más difícil que hacer la pose de un cine moderno, con la cámara siempre en movimiento o encuadres insólitos y estructuras narrativas rebuscadas. En esta película casi todo está concebido con esa solidez y eficacia, en especial la atmósfera que consigue con la recreación de época y la, en principio, angustiante historia. Así mismo, la narración está propuesta de forma clara, sin efectismos y con una cadencia que va aumentando la tensión y el drama con la mesura propia de quien sabe contar una historia.
Es con estos elementos que el espectador consigue angustiarse y conmoverse ante la historia de esta mujer que, no sólo ha perdido su hijo, sino que se lo han cambiado por otro, como ya lo insinúa el título. Aunque es una historia basada en hechos reales, el esquema es conocido, es el esquema de “sola contra el mundo”. Pero que sea conocido no le quita el mérito de construir una historia con una tremenda fuerza dramática que habla sobre la persistencia de una mujer y su impotencia ante un sistema que desborda sus capacidades.
Aunque a pesar de esa fuerza y solidez con que se desarrolla inicialmente el relato, al final tiende a decaer, a hacerse menos intenso e interesante porque tiene que cambiar de esquema a causa del curso que toman los hechos, y porque, además, se adivina muy fácilmente el desenlace. Este nuevo esquema es la court room movie, o película de estrados judiciales. En esta parte ya está casi resuelto el conflicto principal y atrapados los culpables, y como se sabe, sin la fuerza del conflicto, la película decae. Incluso la película continúa después del final del juicio, y este alargamiento, si bien es necesario para culminar la historia, termina rematando el poco interés que ya se tiene por ella.
Por otro lado, aunque este texto empezó muy entusiasmado hablando de las cualidades de la cinta, hay algo que no convence, además de la pérdida de vigor al final del relato. En toda la película hay algo blando, algo condescendiente en la construcción de su protagonista que resulta muy cuestionable. Incluso ya se le había visto un poco de esto en su anterior filme, Million dollar baby (2004). Esencialmente, el problema es que la protagonista es más una heroína sacada de los periódicos de la época que una mujer con toda su complejidad, más aún ante la situación a la que se vio sometida. Tal vez por eso Eastwood escogió a Lara Croft para interpretar el papel, o a Angelina Jolie o la Sra. Smith, que es lo mismo. Porque más que un personaje femenino bien dimensionado, éste es el facsímil de cualquier heroína de ficción que represente el carácter y la fuerza femenina. La escena en que la mujer insulta al siquiatra o la risa burlona ante el fallo del juicio, son un par de ejemplos de lo que se quería lograr con este personaje en cuanto a la reacción del público.
En esencia es una película respetable. En principio por esa conexión con el cine clásico y lo que su director consigue, inicialmente, con el drama de esta mujer en términos emotivos y con esa perfecta factura que impera en todo el filme. Sin embargo, aunque todo esté muy bien puesto en ella, se antoja un tanto esterilizada, como sin el alma de filmes que, a pesar de recurrir también a viejos y conocidos esquemas, son obras realmente importantes, como Los imperdonables (1992), Los puentes de Madison (1995) o Río mítico (2003). Esa falta de alma debe ser, principalmente, por la unidimensionalidad de su personaje central, que es quien lleva todo el peso dramático y argumental. Entonces, ¿Dónde está el Clint Eastwood de esas películas? Porque en esta nueva cinta sólo se vio lo buen artesano que es, lo buen contador de historias y creador de ambientes y emociones, pero no a ese artista que ha explorado y cuestionado la naturaleza humana con sus filmes de forma reveladora.
Publicado el 13 de febrero de 2009 en el periódico El Mundo de Medellín.
FICHA TÉCNICA
Título original: Changeling
Dirección: Clint Eastwood.
Guión: J. Michael Straczynski.
Producción: Clint Eastwood, Brian Grazer, Ron Howard y Rob Lorenz.
Música: Clint Eastwood.
Fotografía: Tom Stern.
Reparto: Angelina Jolie, John Malkovich , Jeffrey Donovan.
USA - 2008 - 41 min.