El Rey Midas baja otro peldaño
Por Oswaldo Osorio
En esta película vi a Spielberg desenfocado, no sólo porque así estuvo toda la proyección en el teatro de Carrefour, sino porque el llamado Rey Midas del cine ha perdido nitidez en la última década. A pesar de que con este filme estaba en un terreno que domina bien, la ciencia ficción, y de que partía del legendario y fascinante texto de H.G. Wells, terminó haciendo una película deslucida argumentalmente e insustancial en sus planteamientos.
Si se parte de esa ambigua esencia entre arte e industria que define al cine, se podría decir que tal vez el mejor cine es el que sabe reconciliar la calidad artística con el éxito de taquilla. Esta idea concuerda con buena parte de la filmografía de Steven Spielberg. Sin embargo, hay que decir también que en la búsqueda de este equilibrio los intentos fallidos han sido igualmente considerables.
Por esta razón, si se mira uno a uno sus filmes, resulta muy irregular su carrera, contradiciendo el gran prestigio que tiene. Desde los picos de obras importantes como Tiburón, El imperio del sol y La lista de Schindler, puede bajar a los infiernos del peor cine de consumo como 1941, Amistad o Sentencia previa. Alguna vez un viejo director dijo sobre E.T que era una película encantadora pero que tenía el coeficiente de la perra Lassie. Tal vez el problema con las películas de Spielberg de la última década es que ha querido encantar y agradar al gran público y ha descuidado su vena de autor de grandes obras.
Con La guerra de los mundos no pudo desplegar su (principal) talento como contador de historias, pues el argumento se reduce a esconderse y huir. Pero en una película cuando no pasa nada por fuera, es decir, en la acción, es porque está pasando por dentro, o sea en la construcción y evolución de los personajes y la relación que tienen entre sí.
Pero eso no ocurre aquí, empezando porque su personaje central es Tom Cruise interpretado por Tom Cruise, es decir, es el mismo personaje que le hemos visto a este actor hasta el hartazgo en casi todos sus filmes y así no hay cómo crear matices, auténticos estados sicológicos o trasmitir verdaderas emociones.
Se supone que la reflexión y estas emociones se lograrán con la relación que tiene con sus dos hijos en medio de esas circunstancias extremas, pero es una relación que se antoja esquemática, sensiblera y predecible. Una relación que resulta complaciente hasta el último momento con su final feliz obvio y facilista, porque nada es consecuente con las situaciones propuestas por la historia sino más bien con el interés de sus realizadores por conmover al espectador con trucos dramáticos y emocionales.
Es cierto que en esta búsqueda de tocar emocionalmente al espectador Steven Spielberg consigue crear un relato cargado de tensión, pero el argumento simplón y la unidimensionalidad de los personajes hacen que esta tensión sea artificial, no sólo porque está llena de secuencias hechas de falso suspenso (como cuando la serpiente mecánica los busca en ese sótano), sino porque los protagonistas, como consentidos de los guionistas, se libran con insulsa facilidad de un conflicto que parece insoluble: invencibles alienígenas que quieren exterminar al hombre.
Se supone que a “películas de verano” no hay que exigirles estas cosas, pero cuando se trata de un director con la reputación de Steven Spielberg es imperativo hacerlo, porque esgrimiendo un nombre como el suyo la publicidad (la pagada y la que hacen gratis muchos periodistas) convence al público de que se trata de la última obra maestra de un gran director. Pero en buena medida la culpa la tiene el mismo espectador que es poco exigente, porque si ni se entera de que está viendo una película desenfocada, menos se dará cuenta de que un director está perdiendo su toque.
Ficha técnica
War of the Worlds
2005 - USA
Dirección: Steven Spielberg
Guión: John Friedman y David Koepp
Fotografía: Janusz Kaminski
Música: John Williams
Intérpretes: Tom Cruise, Dakota Fanning, Justin Chatwin, Tim Robbins.