Elegir aprender

Por Oswaldo Osorio Image

Esta no es la primera película que vemos sobre el tema de los estudiantes “problema” y el profesor que los quiere redimir mostrándoles la “luz” del conocimiento. Tal vez Jungla de pizarra (Richard Brooks, 1955) fue la pionera, y desde entonces ha sido un tema (a veces con el mismo argumento) recurrente en el cine que quiere hacer un retrato de cierta juventud y cierta sociedad. Pero es que éste, como el amor o la muerte, parece uno de esos temas siempre inacabados, que siempre permite nuevas perspectivas y que es tan dinámico y complejo como lo es la sociedad misma. En Mentes peligrosas (Dangerous minds, 1995), el director John N. Smith propone una nueva versión, una nueva mirada, que a veces parece la misma, pero que de todas formas le vuelve a tomar el pulso a esa situación tan propia de los centros educativos de las zonas marginales en las grande urbes.

El héroe de turno en este filme es Michelle Pfeiffer, la “perra blanca” que quiere salvar a los pobres, pero su personaje (no su interpretación) no es lo importante en este filme, ella sólo es el gancho, así como lo es la música de Coolio; lo que verdaderamente tiene valor aquí es esa tomada de pulso de la situación: la juventud marginal, su posición frente al aprendizaje, también la posición del sistema educativo ante esa juventud y ese aprendizaje y, en general, las ideas que se mueven en torno a esos aspectos. En este sentido el filme revela la obtusidad de la autoridad, las reglas y los adultos frente a unos jóvenes que, sin importar su potencial o sus condicionamientos, son desechados por el sistema, son segregados, y con ello lo único que se logra es prolongar el círculo vicioso, acentuar el problema hasta hacerlo irreparable.

Pero la educación no es la única encrucijada de esos jóvenes que retrata el filme de Smith, también está la hostilidad de su entorno familiar y, sobretodo, social. Por eso no aprender nada o no asistir a clases puede ser el menor de los problemas cuando es más imperativo la supervivencia material o preservar la vida misma, cosas que hacen parte del presente, porque la educación se les ofrece como una posibilidad de futuro, pero aunque esos muchachos no sepan conjugar bien los tiempos verbales, al menos tienen muy en claro que el presente es primero que el futuro. Por esta razon, eso que les dice su maestra, que la mente es un arma, les suena, pero aunque son jóvenes que pueden elegir, elegir aprender, por ejemplo, están en un medio en el que las posibles elecciones son mucho más limitadas..

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