El dandy insólito y el hombre domesticado

Por Oswaldo OsorioImage

Este filme empieza con el encuentro de dos personalidades y dos mundos completamente distintos: el Michel, un hombre con una vida familiar y sencilla, que no tiene más expectativas que criar a sus tres hijas; y el de Harry, una suerte de dandy moderno, con todos sus problemas solucionados y, por eso, con unas actitudes y placeres bastante excéntricos.

A primera vista la vida ideal es la de Harry, y la de Michel se antoja caótica y cargada de insatisfacciones. Por eso, a medida que la película va armando el cuadro de la pesada vida doméstica del uno, la presencia del otro con su decorativa novia se hace más extraña, anormal e inquietante. Entonces, además de ver un incisivo drama, salpicado de humor negro, sobre la cotidianidad de una familia y sustentado en unos diálogos y situaciones bien logrados a partir de la confrontación entre los dos universos, el familiar y el hedonista, el relato también va plantando la desconfianza con la personalidad e intenciones de Harry.

La película es promocionada haciendo alusión al suspenso de Hitchcock, pero más que suspenso, que es un recurso para crear tensión y expectativa en el relato a partir de unos elementos muy definidos, esta película crea es una suerte de inquietante zozobra, una ansiedad creciente que presiente tragedia o maldad. Esa atmósfera turbadora y las pinceladas con que es pintado ese purgatorio familiar, es lo que mantiene el interés y la tensión durante casi todo el filme.

Sin embargo, cuando se corre el velo de los inesperados sucesos, la historia, si bien aún sostiene la tensión y adquiere (ahora sí) el suspenso hitchcockiano, ya deja de ser tan sólida, porque su lógica argumental y de personajes no está bien fundamentada y, sobre todo, porque la justificación del proceder de Harry nunca es clara; entonces el giro inesperado de drama cotidiano a thriller de suspenso resulta demasiado gratuito y efectista: se ve la mano del guionista y no un clímax consecuente con todo el planteamiento previo de la historia.

En su desenlace, la evolución lógica  y la solidez del relato y de las atmósferas que habían sido creadas vuelven a su buen curso. Es por eso que, en definitiva, es una película que resulta redonda y hasta liberadora, y el desliz de guionista queda olvidado y casi justificado. No es una gran película, pero lo original e insólito de su historia y del personaje de Harry, la convierten en una verdadera experiencia de cine, en una película difícil de olvidar, y eso ya es bastante.

RECIBA EN SU CORREO LA CRÍTICA DE LA SEMANA