¿Dónde está la bolita?

Por Oswaldo Osorio

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Hay personajes, imágenes y situaciones del cine de Guy Ritchie que uno nunca olvidará. Y no tanto porque sean profundas lecciones de vida o verdades reveladas, sino más bien por lo impactantes e ingeniosas, además por su capacidad de jugar y hacer extravagantes o divertidas variaciones con los estereotipos de cine de gangsters. Planteado así esto parece una virtud, que ciertamente lo es y representa la esencia de su cine, pero de esto se desprende también su principal carencia, y es que todas sus películas no trascienden lo límites de los juegos y malabares narrativos, visuales y argumentales.

Su rutilante entrada al cine fue con Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998) y luego, con Cerdos y diamantes (Snatch, 2000), le da una vuelta de tuerca a su particular universo gangsteril y su narrativa rauda y compartimentada. En su momento fue inevitable asociar ese universo y narrativa con el cine de Quentin Tarantino, aunque en el caso de Ritchie se trata de una versión más ligera y efectista.

Su matrimonio con Madonna seguramente contribuyó a su vertiginoso éxito, porque, como se sabe, en la industria del cine casi siempre las películas más vistas son las más promocionadas, por eso este dato trasciende la mera nota de farándula. Pero este matrimonio le costó hacer una película, Swept away (2002), que no tiene nada que ver con su universo y que, por supuesto, lo único interesante que tiene es estar protagonizada por la eterna reina del pop.

Después de esa fallida incursión en un aburrido romance de aventuras, Ritchie vuelve a sus fueros con dos películas que se estrenaron en el país con sólo unos meses de diferencia, eso a pesar de estar separadas por tres años y, más particular aún, por los caprichos de la exhibición en Colombia, llegó primero Rochnrolla (2008) que Revólver (2005). Dos películas con más de lo mismo: gangsters chicos y gangsters grandes, robos, botines, asesinatos y personajes estilizados, algunos muy divertidos y otros verdaderos sádicos.

Revólver es una película sobre la venganza, casi un subgénero cinematográfico que descansa sobre la elemental idea de “voy, lo mato y vuelvo”, aunque en este caso es “voy, lo estafo y vuelvo”. La diferencia en ésta, como en todas las películas suyas, es que ese camino tan sencillo es llevado a un grado de complejidad y de convergencia de elementos (desfile de personajes, subtramas, conflictos secundarios, sofisticados engaños), que el interés por la venganza y la historia en general está es en cómo se hace y en sus procesos narrativos y argumentales, llenos de giros y arabescos, que se desprenden de esta simple misión.

Pero especialmente en esta película ese camino complejo se antoja más bien complicado, por eso la mitad del tiempo el espectador no sabe bien qué está pasando en relación con el contexto general de la historia ni a qué se refieren los diálogos. Para ajustar, su protagonista tiene unos desdoblamientos de personalidad y discusiones consigo mismo que, para sorpresa de todos, el director se vio en la necesidad de legitimar toda la lógica de este personaje y de su película con testimonios de académicos y hasta con el gurú de la auto superación Deepak Chopra.

Esta cinta, un poco más que el resto, es como el juego de ¿Dónde está la bolita?, que mantiene el interés del espectador con un movimiento constante, pero que es un interés por lo inmediato, es el juego por el juego, sin más profundidad que la del vaso que oculta la bolita. Es por eso que, por más que Guy Ritchie quiera darle una densidad a sus gangsters, como ocurre en esta película con el uso del siconálisis, todo se reduce a un espectáculo visual y narrativo que deslumbra e hipnotiza y que fascina por su ingenio para el efectismo. Es como mascar chicle y hacer bombas, divertido pero no imprescindible.

Publicado el 29 de mayo 2009 en el periódico El Mundo de Medellín.

FICHA TÉCNICA

Dirección: Guy Ritchie.
Guión: Guy Ritchie; adaptado por Luc Besson.
Producción: Luc Besson y Virginie Silla.
Música: Nathaniel Mechaly.
Fotografía: Tim Maurice Jones.
Reparto: Jason Statham, Ray Liotta, Vincent Pastore, André Benjamin, Terrence Maynard, Andrew Howard.
Francia, Reino Unido - 2005 - 115 min.

 


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