Sufren porque están locos

Por Oswaldo Osorio Image

En esta película una mujer asalta y viola a un hombre y luego nace entre ellos una relación afectiva de entrega y esperanza mutua. Si la mujer hubiera sido la violada la historia habría sido otra, pero reflexionar sobre ello sería tratar un tema muy distinto al que propone el filme, que es la confrontación entre una mente perturbada e intrigante con otra aburridoramente racional y convencional. Sobre esta confrontación se teje una interesante y dramática historia de amor que, sin embargo, no fue bien aprovechada por los realizadores.

Mientras que Isabel es depresiva e impredecible, Andrés es equilibrado y tiene toda su vida en orden. Y no es que se trate de una relación complementaria, todo lo contrario, porque cuando se unen, los problemas de ella se agudizan y las planas virtudes de él desaparecen. Ambos parecen trenzados en una búsqueda, que para Isabel es vieja, a través de cosas como la maternidad, el delito, la muerte y ahora el amor, y para Andrés apenas empieza, abandonando su equilibrio y lanzándose al vacío tras esta mujer.

Este inquietante idilio está cruzado por el pesimismo y la melancolía, producto de lo que parece es el ineluctable destino de Isabel, además también lo cubre la sombra de un triángulo amoroso que le agrega incertidumbre a todo el cuadro. Como se ve, no es propiamente un paraíso, y aún así, para ellos es una gran historia de amor, intensa, apasionada y revitalizadora.

Hasta aquí la propuesta temática, argumental y de personajes, que resulta atractiva y con fuerza dramática. Otra cosa es la forma como se dispusieron estos elementos para contar la historia, pues el guión en particular y la narración en general resultan a veces torpes y llenos de carencias. Esto se evidencia en los vacíos y la dispersión de que adolece el relato y en la inconsistencia de algunas soluciones propuestas por el guionista.

Aunque estos defectos no alcanzan a dañar la visión global del filme, y menos con esa soberbia interpretación de Ariadna Gil, sí lo hace malogrado y tedioso por momentos. De todas formas, esa pregunta inicial de la película, que si los internos de un hospital están locos porque han sufrido o si sufren porque están locos, queda respondida de muchas formas al final, porque ésta es una historia sobre amor, locura y muerte, tres cosas tan definitivas e inciertas al mismo tiempo y que tanto tienen que ver con el sufrimiento.

RECIBA EN SU CORREO LA CRÍTICA DE LA SEMANA