Por Oswaldo Osorio
El Festival de Cine de Cartagena es un regalo anual que recibimos los cinéfilos del país. Por momentos, sus años acumulados parecen evidenciar más sus dolencias que las virtudes ganadas luego de tanto tiempo, pero aún sigue siendo la principal fiesta de cine del país, la cual convoca a la gente, no sólo del cine, sino del audiovisual colombiano en general. Eso lo convierte en un punto de encuentro para compartir el cine y las reflexiones en torno a él, incluso propiciando espacios para el debate, que tanta falta le hacen a la cinematografía nacional. No menos importante, es que se trata de un evento que cada año nos brinda la posibilidad de tomarle el pulso al cine latinoamericano, para saber qué cine se está haciendo en los distintos países y dar cuenta de los vaivenes de su calidad. Desde Rita Heyworth y Jack Nicholson, pasando por Bernardo Bertolucci y Werner Herzog, hasta todos y cada uno de los directores y actores del cine colombiano, han pasado por éste, el festival más antiguo de América Latina y uno de los más importantes patrimonios del cine colombiano.