Las cifras y sus matices

Por Oswaldo Osorio

El cine colombiano está en el mejor momento de su historia, y eso es gracias a la Ley de Cine. Nadie puede contradecir esta afirmación, no obstante, tampoco es suficiente como para dar un parte de vitoria, porque hay variables y matices en torno a esta ley y a la situación del cine nacional que aun se deben discutir. Por eso se realizó en Medellín el Foro Semana “Diez años de la Ley de Cine panorama actual de la industria en Colombia e Iberoamérica”, donde se discutieron esas cifras, variable y matices.

Como siempre, desde la institucionalidad el balance es muy positivo, así lo sostuvieron tanto la Ministra de Cultura como la Directora de Cinematografía. Y efectivamente, las cifras del cine colombiano en estos diez años han ido en una progresión muy alentadora. La cifra más significativa es que se pasó de tres películas producidas al año en promedio, antes de la Ley, a veintitrés estrenadas en 2012. Consecuentemente, la participación de nuestro cine en la taquilla aumentó considerablemente, superando los tres millones de espectadores.

Sin embargo, los informes oficiales no tienen en cuenta otros números y especificidades que empiezan a transformar ese panorama, como por ejemplo, que más de la mitad de esos tres millones de espectadores fueron a ver El paseo (Harold Trompetero), o que varias de esas películas no alcanzaron siquiera los diez mil espectadores, o que lo exhibidores no les permitieron permanecer más de una semana en cartelera, o que por falta de recursos para su promoción más de la mitad de esas películas son desconocidas por el público, o que incluso muchas de ellas no se estrenaron en algunas ciudades.

Luego de las intervenciones oficiales en el foro, hubo otras voces con una mirada más panorámica y compleja del asunto, reparando en los bemoles de la industria cinematográfica criolla y hasta haciendo propuestas, como la Directora de Proimágenes Colombia y algunos productores nacionales. Siempre resaltando la importancia y beneficios de la Ley, sin la cual sería imposible tener el cine que hoy tenemos y, sobre todo, que ha sido manejada con la eficacia y transparencia que Focine (la anterior entidad de fomento al cine) nunca tuvo, casi todos coincidieron en que era necesario cerrar la brecha que hay entre la mayoría de estas películas con el público, así como en ampliar y mejorar las estrategias de promoción y distribución.

Con esto quedó solo insinuado el mayor problema de la industria del cine del país, y es el cuello de botella de la exhibición. Nadie le reclamó a los exhibidores su ventajoso e indolente comportamiento ante las producciones nacionales: películas que esperan meses para ser proyectadas, que son sacadas de cartelera al primer fin de semana o a las que simplemente les cierran las puertas de sus salas. Y por el contrario, cuando se pronunció Cine Colombia, hizo alarde de todo el apoyo que le ha dado al cine nacional, solo con cifras miradas desde su perspectiva, por supuesto, sin las variables ni los matices.

Este foro sobre los 10 años de la Ley de Cine dejó más preguntas que respuestas, y eso es bueno, que la gente del cine piense la industria nacional y la cuestione. Hay voluntad para mejorar las cosas y ahí está esa Ley que lo puede permitir. Ahora lo que hace falta es más acciones que foros y conversatorios, hace falta aprovechar el buen momento y afinar las turcas para que el cine nacional funcione mejor.

Publicado el 9 de julio de 2013 en el periódico El Colombiano de Medellín.  

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