Una mirada romántica a la sordidez

Por Oswaldo Osorio Image

Cuando el cine se interesa por un escritor, normalmente termina por adaptar una de sus obras o, si es lo suficientemente “interesante”, por llevar a la pantalla su biografía. Pero en el caso del director Bartbet Scrhoeder, su fascinación por el universo literario de Charles Bukowski y su singular vida, lo llevó a preferir una estrecha colaboración con este escritor. El resultado fue una pieza de cine que consigue recrear la esencia y el estilo de uno de los autores más originales y vitales de la literatura norteamericana de las últimas décadas.

Mariposas de la noche (Barfly, 1987) no plantea una historia convencional, de hecho, casi carece de argumento, pues lo que le interesaba a sus realizadores era reconstruir el universo bukowskiano partiendo del personaje de Henry Chinaski, alter ego del autor, quien se desenvuelve en una serie de situaciones y lugares que son habituales en sus relatos: bares de mala muerte, peleas en callejones, hoteluchos, relaciones con mujeres de diverso pelambre y licor, mucho licor para mantener esa lucidez que plasma en sucios papeles y con la que construye una filosofía de vida tan contundente como revulsiva.

Aunque el guión fue escrito por el mismo Bukowski, en ningún momento se muestra complaciente consigo mismo, ya sea explicándose o promocionándose. Sin embargo, Schroeder sí opta por una mirada afectiva y casi romántica de este personaje que resulta una particular mezcla de marginalidad, sordidez y genio literario. Pero tampoco cae en apologías ni justificaciones vanas, simplemente retrata su estilo de vida, que es toda una declaración de principios contra el sistema y el aletargamiento y los vacuos afanes de la sociedad.

Terminan de darle cuerpo a esta película la pareja protagónica: Faye Dunaway y, en especial, Mickey Rourke, quien con una insólita interpretación, logra darle ese tono de tragicomedia a la historia de Henry Chinaski, la antítesis del americano medio, el hombre que vive borracho y escribiendo, ése que no odia a las personas, pero que prefiere cuando no están cerca.

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